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sábado, 27 de marzo de 2010

Leccion-Moderna de novela-cine

Creemos la magia de Harry Potter


Objetivo
A partir de la lectura de un libro elegido por el maestro y la clase, los estudiantes experimentarán el proceso a través del cual la literatura se convierte en cine o imágenes en movimiento.

Resumen
Luego de la lectura de un libro de la saga de Harry Potter, los estudiantes escribirán un guión para una escena de 3 a 5 minutos de duración, basada en su capítulo favorito del libro leído.

Materiales
Cualquiera de los tomos de la saga Harry Potter

Desarrollo

  1. Junto con la clase elija uno de los libros de la saga Harry Potter para ser leído. Como tarea previa los estudiantes deberán leer el libro.
  2. Una vez los estudiantes hayan leído el libro, pida a cada uno que elija el capítulo que más les haya gustado para trabajar sobre éste.
  3. Ahora, a partir del capítulo elegido, cada estudiante deberá responder las siguientes preguntas:
    Título del libro
    Capítulo y número de las páginas
    Resumen del capítulo leído a partir de estas preguntas:
    ¿Qué personajes intervienen en el capítulo? Por favor enumérelos todos.
    ¿Cuáles son los eventos más importantes que ocurren a lo largo del capítulo?
  4. Utilizando esta información, los estudiantes están listos para escribir su propio guión para una de las películas de Harry Potter. Deberán elegir uno de los eventos importantes que anotaron de su capítulo y convertirlo en una escena que ellos y sus compañeros puedan actuar frente a la clase (máximo en 5 minutos). Para guiar esta actividad muéstreles ejemplos de guiones y recuérdeles algunas de las reglas básicas de la escritura audiovisual. El nombre del personaje que interviene siempre se escribe en el extremo izquierdo de la hoja, separándolo del resto del texto. Las líneas que cada personaje dice se escriben a la derecha y todas inician en el mismo margen. Todos los movimientos o las acciones físicas que se esperan del personaje deben escribirse entre paréntesis, para que se diferencien del diálogo propiamente. El escenario o lugar donde tienen lugar los hechos se aclara al inicio de cada escena, para que quien lo lea tenga una idea de dónde están sucediendo las cosas y sea así reflejado en la representación.
  5. Aquí un ejemplo:
    Ron:¿Puedes creer cuánta gente ha venido a ver la Copa Mundial de Quidditch?
    Hermione: ¡Mira todas esas tiendas!
    Harry: Todo es verde! Hay Shamrocks por todos lados. Supongo que no hay necesidad de adivinar quién están esperando que gane la copa mundial!
    Hermione:(Resoplando altanera por su nariz) Pues claro que no. ¡Ellos obviamente están animando a los irlandeses!
  6. Forme grupos para que compartan sus escenas y opinen sobre el trabajo de sus compañeros.
  7. Ahora dé un tiempo a la clase para que teniendo en cuenta los comentarios de sus compañeros y los del maestro puedan editar su guión.
Evaluación
Cada grupo deberá elegir una de las escenas escritas por otro grupo (con una duración de 3 a 5 minutos), para representarla frente al resto de la clase. La dinámica de intercambio de guiones, puede ser voluntariamente o a través de una rifa. Al final de las presentaciones, propicie una discusión entre grupos para que evalúen el trabajo de sus compañeros y expresen sus críticas sobre las piezas actuadas. Recalque que es importante que sean capaces de aportar críticas constructivas o cómo cada escena pudo haber sido mejor (más dinámica, entretenida, con suspenso, etc.)
Bibliografía
ESTERICA DEL CINE : Espacio fílmico, montaje, narración, lenguaje.J. Aumont, A. Bergala, M. Marie, M. Vernet, Paidos comunicación, Madrid- España 1983.
EL CINE COMO ARTE. Rudolph Arnhein, Paidos comunicación, Madrid España 1985.
PRAXIS DEL CINE. Noel Bruch, Editorial Fundamentos Madrid España 1970.

jueves, 25 de marzo de 2010

Como escribir un ensayo

Un ensayo no es más que un género literario que consiste en interpretar de manera libre diferentes temas sin la necesidad de sustentar lo que se dice con ninguna documentación. La redacción es libre y depende del estilo de cada quien, sin embargo también tiene unas pautas que debemos tomar en consideración. Este estilo de redacción es muy popular en nuestros días porque no se requiere ser un erudito para expresar las ideas y reflexiones acerca de temas diversos. En líneas generales el autor divide en párrafos sus ideas y todo se estructura en tres partes: introducción, desarrollo y conclusión.

Introducción
Es la primera parte del ensayo y consiste en una oración o párrafo que incita al lector a quedarse a seguir leyendo. Si el texto es bastante extenso, se puede escribir más de un párrafo. En esta fase se puede comenzar con una pregunta, alguna reflexión o estadísticas que presenten el tema que el autor pretende desarrollar. También se deben anotar las razones por las cuales se considera importante saber más del objetivo en cuestión. Sin extenderse, estaría bien si se expusiera de una vez el punto de vista que se tiene, así el lector sabrá la postura que habrá durante todo el texto.


Desarrollo
En este período se desarrollan las ideas que se expusieron a groso modo en la introducción. Se recomienda dividir las ideas por párrafos para facilitar la lectura y poder organizarse mejor. También es aconsejable comenzar los párrafos con una palabra conectora que indique que hay coherencia entre la idea anterior y la que prosigue. Para enriquecer este proceso, se puede hacer uso de la descripción, de la narración o de citas de otros autores (esto último entre comillas " ")

Conclusión
Esta es nuestra última parte del ensayo y comprende una comprobación de la idea que se expuso en la introducción. Digamos que es una idea un poco más profunda que la introducción, pues se supone que hemos reflexionado durante todo el ensayo. Se puede finalizar con una opinión final del escritor. Así de fácil, esto es todo lo que necesita para escribir un ensayo. Le recomendamos que antes de comenzar con su ensayo organice sus ideas aparte para que no se pierda y sea muy preciso en su punto de vista para que no divague. ¡Suerte y a escribir!

sábado, 18 de abril de 2009

Tiene la noche una raíz


TIENE LA NOCHE UNA RAIZ

A Mariano Feliciano

A las siete el dindón. Las tres beatísimas, con unos cuantos pecados a cuestas, marcharon a la iglesia a rezongar el ave nocturnal. Iban de prisita, todavía el séptimo dindón agobiando, con la sana esperanza de acabar de prisita el rosario para regresar al beaterío y echar, ¡ya libres depecados! el ojo por las rendijas y saber quién alquilaba esa noche el colchón de la Gurdelia. ¡La Gurdelia Grifitos nombrada! ¡La vergüenza de los vergonzosos, el pecado del pueblo todo! Gurdelia Grifitos, el escote y el ombligo de manos, al oír el séptimo dindón, se paródetrás del antepecho con su lindo abanico de nácar, tris-tras-tris-tras, y empezó a anunciar la mercancía. En el pueblo el negocio era breve. Uno que otro majadero cosechando los treinta, algún viejo verdérrimo o un tipitejo quinceañero debutante. Total, ocho o diez pesos por semanaque, sacando los tres del cuarto, los dos de la fiambrera y los dos para polvos, meivelines ylipstis, se venían a quedar en la dichosa porquería que sepultaba en una alcancía hambrienta.Gurdelia no era hermosa. Un murallita de dientes le combinaba con los ojos saltones yasustados que tenía, ¡menos mal! en el sitio en que todos tenemos los ojos. Su nariguda nariz erasuma de muchas narices que podían ser suyas o prestadas. Pero lo que redondeaba su encanto denegrita bullanguera era el buen par de metáforas —princesas cautivas de un sosténcuarenticinco— que encaramaba en el antepecho y que le hacían un suculento antecedente. Poreso, a las siete, las mujeres decentes y cotidianas, oscurecían sus balcones y solo quedaba, comoanuncio luminoso, el foco de la Gurdelia.
Gurdelia se recostaba del antepecho y esperaba. No era a las siete ni a las ocho quevenían sino más tarde. Por eso aquel toc único en su persiana la asombró. El gato de la vecina,pensó. El gato maullero encargado de asustarla. Desde su llegada había empezado la cuestión.Mariposas negras prendidas con un alfiler, cruces de fósforos sobre el antepecho, el miau enstaccato, hechizos, maldiciones y fufús, desde la noche de tormenta en que llegó al pueblo. Peroella era valiente. Ni la asustaba eso, ni las sartas de insultos en la madrugada, ni las piedras en eltecho. Así que cuando el toc se hizo de nuevo agarró la escoba, se echó un coño a la boca y abrióla puerta de sopetón. Y al abrir:
— Soy yo, doñita, soy yo que vengo a entrar. Míreme la mano apretá. Es un medio pesoafisiao. Míreme el puño, doñita. Le pago éste ahora y después cada sábado le lavo el atrio alcura y medio y medio y medio hasta pagar los dos que dicen que vale.La jeringonza terminó en la sala ante el asombro de la Grifitos, que no vela con buenosojos que un muchachito se le metiera en la casa. No por ella, que no comía niños, sino por losvecinos. Un muchachito allí afilaba las piedras y alimentaba las lenguas. Luego, un muchachitobien chito, ni siquiera tirando a mocetón, un muchachito con gorra azul llamado...
— ¿Cómo te llamas?
— Cuco.
Un muchachito llamado Cuco, que se quitó la gorra azul y se dejó al aire el cholo pelón.— ¿Qué hace aquí?
— Vine con este medio peso, doñita.
— Yo no vendo dulce.
— Yo no quiero dulce, doñita.
— Pues yo no tengo ná.
— Ay si, doñita. Dicen los que han venío que... Cosa que yo no voy a decir pero dicencosas tan devinas que yo he mancao este medio peso porque tengo gana del amor que dicen queusté vende.
— ¿Quién dice?
Gurdelia puso cara de vecina y se llevó las manos a la cintura como cualquier señorahonrada que pregunta lo que le gusta a su capricho.
— Yo oí que mi pai se lo decía a un compai, doñita. Que era devino. Que él venía decuando en ves porque era devino, bien devino, tan devino que él pensaba golver.
— ¿Y qué era lo devino?
— Yo no sé pero devino, doñita.
Gurdelia Grifitos, lengϋetera, bembetera, solariega, gϋíchara registrada, lavá y tendía entó el pueblo, bocona y puntiliosa, como que no encontraba por dónde agarrar el muerto, Abría losojos, los cerraba, se daba tristras en las metáforas pero solo lograba decir: ay Virgen, ay Virgen.Gurdelia Grifitos, loba vieja en los menesteres de vender amor, como que no encontraba pordónde desenredar el enredo, porque era la primera vez en su perra vida que se vela requerida porun… por un... ¡Dios Santo! Era desenvuelta, cosa que en su caso venía como anillo,argumentosa, pico de oro, en fin, ¡águila! Pero de pronto el muchachito Cuco la había callado.Precisamente por ser el muchachito Cuco. Precisamente por ser el muchachito. En todos susafanados años se había enredado con viejos solteros, viejos casados, viejos viudos, solteros sinobligación o maridos cornudos o maridos corneando. Pero, un mocosillo, Santa Cachucha, queolía a trompo y chiringa. Un mocosillo que podía ser, claro que sí, su hijo. Esto último la mareóun poco. El vientre le dio un sacudón y las palabras le salieron.
— Usté e un niño. Eso son mala costumbre.
—Aquí viene tó el mundo. Mi pai dijo...
Ahora no le quedaban razones. Los dientes, a Gurdelia, se le sallan en fila, luego, en undesplazarniento de retaguardia volvian a acomodarse, tal la rabia que tenía.— Usté e un niño.
— Yo soy un hombre.
— ¿Cuánto año tiene?
— Dié pa once.
— Mire nenine. Voy a llamar a su pai.
Pero Cuco puso la boca apucherada, como para liorar hasta mañana y entre puchero ygemido decía —que soy un hombre—. Gurdelia, el tris-tras por las metáforas, harta ya de lahisteria y la historia le dijo que estaba bien, que le daría del amor. Bien por dentro empezó adibujar una idea.
— Venga acá... a mi falda.
Cuco estrenó una sonrisa de demonio junior.
— Cierre lo ojito.
— Pai decía que en la cama, doñita.
— La cama viene despué.
Cuco, tembloroso, fue a acurrucarse por la cama de la Gurdelia. Esta se estaba quietapero el vientre volvió a darle otro salto magnífico. Cuando Gurdelia sintió la canciónreventándole por la garganta, Cuco dijo —oiga, oiga—. Pero el sillón que se mecía y la luz queera mediana y el vaivén del que no tiene vaca no bebe leche empezaron a remolcarlo hasta lazona rotunda del sueño. Gurdelia lo cambió a la cama y allí lo dejó un buen rato. Al despertar,como sin creerlo, como si se hubiese vuelto loco, Cuco preguntó, bajito:— ¿Ya, doñita?
Ella, como sin creerlo, como si se hubiese vuelto loca, le contestó, más bajito aún.— Ya, Cuco.
Cuco salió corriendo diciendo —devino, devino—. Gurdelia, al verlo ir, sintió el vaivéndel que no tiene vaca no bebe leche levantándole una parcela de la barriga. Esa noche apagótemprano. Y un viejo borracho se cansó de tocar.
Sánchez, L. R. (1990). En cuerpo de camisa (5ª ed.) [páginas 19-23]. [Puerto Rico] : Editorial Cultural.